viernes, 1 de octubre de 2010

Opinión: Alias “Nazi Jojoy” La caída del nazi Jojoy

Opinión: Alias “Nazi Jojoy”
La caída del nazi Jojoy


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Por Yuly Medellín Correa, Psicóloga y Periodista, Colombia 30 días

Después de enterarme que había muerto Víctor Julio Suárez Rojas, alias el “Mono Jojoy” o alias “Jorge Briseño” el jefe más cruel y despiadado de las Farc, y de que nuestro pueblo colombiano estaba celebrando su baja, escuché decir que un ciudadano común se había lamentado por la forma  sobre cómo Colombia podía celebrar la muerte de un ser humano por sólo el hecho de ser parte de un grupo de oposición.  En aquel momento me di cuenta de la gran ingenuidad que existe fuera de Colombia, para diferenciar entre un verdadero rostro opositor y un auténtico criminal.

Para expresar a esta inquietud, sólo me basta mencionar que cualquier parecido entre el “Mono Jojoy” con el austriaco “Adolf Hitler” es mera coincidencia. Algunos de los innumerables hechos de crueldad, frialdad y violencia  dan cuenta de que estas dos cabecillas son iguales y que desviaron completamente sus ideales políticos a un infierno. El nazi con su equivocado ideal de raza-nación y el primate con el narco-terrorismo.

Para los dos insurrectos fue un destino caprichoso el que hizo que tomaran caminos muy parecidos. Hitler por su lado afirmó que nacer entre medio de la frontera de los dos estados alemanes le hizo entender que muchos como él no era iguales a los demás y que su misión como revolucionario “nazi” o nacionalista era preservar su raza, hasta que terminó convertido en un arrogante, despiadado e impulsivo opresor criminal.  Y qué decir del Mono Jojoy que por ser el hijo de la cocinera de Luis Alberto Morales, alias “Jacobo Arenas”, fundador de las Farc, fue casi puesto como tenedor y cuchillo  sobre la mesa de las Farc, para luego convertirse, al igual que Hitler, en otro despectivo, vehemente y cruel opresor criminal.

Los antecedentes de estos verdaderos asesinos dan cuenta de una verdadera personalidad psicopática o de trastornos de personalidad antisocial, capaces de no llegar a sentir remordimientos por interactuar con las demás personas como si fueran objetos.

Es innumerable la lista de barbaries que cometieron estos dos transgresores. No me detendré a detallar las crueldades de Adolf Hitler, pero si de las brutalidades del Mono Jojoy a quien se le responsabilizó de la muerte de más de 800 personas entre militares, policías y civiles. Es sólo recordar cómo en 1987 dio la orden de ejecutar al menos 65 acciones terroristas dejando 750 personas heridas. Fue el  responsables de la toma del Mitú, en 1998, en el que Mil 500 hombres se tomaron la población y asesinaron a 40 miembros de la fuerza pública. Así mismo, secuestró a 56 personas, entre ellas al General Luis Herlindo Mendieta Ovalle, quien ya fue rescatado el pasado 13 de junio de este año del 2010. Y, ¿Cómo olvidar los reglones escritos sobre el cautiverio del General? "He tenido que arrastrarme en el barro para hacer mis necesidades fisiológicas, con la cadena y el candado atados al cuello”.

Pero no se detengan en leer, porque tengo algo más que decirles sobre el Mono Jojoy.  

No le fue suficiente con lo que ya había hecho  y ordenó atacar la base de Miraflores en el Guaviare acribillando a nueve jóvenes soldados. Tras el ataque se llevaron a varios secuestrados, uno de ellos al Coronel William Donato, liberado en la Operación Camaleón. Jojoy también diseñó el ataque en la base de las Delicias en Puerto Legûízamo en Putumayo y en agosto de 1996 sus hombres asesinaron a 31 militares y secuestraron a 60 más.  Luego en 1994 asesinó al mayor general Carlos Julio Gil.

Otra embestida fue el secuestro del avión comercial de Aires, para llevarse al entonces senador Jorge Eduardo Gechem. Un hecho que dio lugar a la ruptura, por parte de las Farc, sobre el proceso de paz que había con el gobierno de Andrés Pastrana en 2002. En Neiva el Mono Jojoy también ordenó la toma del edificio de Miraflores ocurrido en julio 2001 en el que secuestraron a la parlamentaria Gloria Polanco.

Otro trágico momento ordenado por Jojoy y que no podrían olvidar los bogotanos fue el del atentado en el Club el Nogal en Bogotá, en 2002, cuando un carro bomba con 200 kilos  de explosivos mató a 36 personas y dejó heridas a 200 más.

Este temible criminal también intentó asesinar, en 2005, al hoy Ministro del Interior y ex -candidato de la presidencia Germán Vargas Lleras. Le puso un carro bomba a su salida de un programa de radio. Y recientemente este primate atacó una patrulla policial donde asesinó e incineró a ocho policías en el Putumayo.

Ni hablar de los campos de concentración que son hechos que lo asemejan aún más con uno de los señalados anticristos del mundo, Adolf Hitler. Son escalofriantes las imágenes que hemos tenido que ver en torno al “nazi”, pero no menos que las que tuvimos que soportar con las del “Mono Jojoy” que fue igualmente capaz de construir socavones para los secuestrados y luego encadenarlos del cuello para hacinarlos después en corrales construidos con alambre de púas, un trato peor que el que se le da a los cerdos.

Si usted terminó de leer  toda esta sábana de jungla sangrienta  que corrió por las venas de este brutal primate y aún así, usted no comprende por qué nuestro querido pueblo colombiano sonríe y reposa de alivio y tranquilidad por la expiración de quien se tomó el derecho de humillar, de atacar, de violar y de asesinar, entonces es, porque usted simplemente no sabe traducir los signos, ni leer las comas, ni los puntos,  ni el dolor.

No se equivoquen jamás al decir que nuestros secuestrados son prisioneros de guerra, porque no lo son. Ellos son víctimas de la crueldad de un grupo terrorista.
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